miércoles, 5 de noviembre de 2014

Tatuajes en el mundo laboral

¿Por qué llevar maquillaje está bien visto y tener tatuajes no?
¿Por qué llevar tacones se ve como algo normal y llevar piercings no?
¿Por qué teñirse el pelo de rubio está perfectamente aceptado y teñírselo de verde no?

Personalmente, yo nunca he tenido muchos problemas con este tipo de cosas.Tengo un par de tatuajes y varios pendientes en las orejas, pero eso es todo.También hubo una época en la que me teñí el pelo de colores que se consideran extravagantes como azul (que luego acabó por volverse una especie de verde turquesa), morado y finalmente naranja antes de darle un respiro; pero no trabajaba en ese momento así que más allá de un par de miradas curiosas no tuvo  mayor relevancia.
Sin embargo, hace poco empecé a trabajar y entonces es cuando me di cuenta de la importancia de este asunto y lo injusto que es. Trabajo en una agencia de catering que recluta a camareros/as, nos mandan a distintos eventos como pueden ser partidos de fútbol, conciertos, festivales, conferencias en hoteles, parques temáticos... Muchos sitios diferentes. A veces son flexibles y nos dejan llevar el peinado, accesorios, etc que queramos, pero normalmente, como en muchas otras empresas, son bastante estrictos en cuanto al uniforme se refiere. Es lógico que debamos recogernos el pelo por motivos de higiene, pero, ¿quitarnos los pendientes y cubrirnos los tatuajes? ¿Qué sentido tiene? Es pura imagen. Puro y simple afán por "causar buena impresión", por "parecer decentes". ¿Quién decidió que un persona con el brazo tatuado fuera menos decente que una sin él?
Hace unos cuanto días estuvieron a punto de no dejarme trabajar y mandarme de vuelta a casa por no haberme quitado uno de los pendientes. Me lo hice hace poco y podría infectarse si me lo quito, aparte de que me duele bastante al ponérmelo otra vez, les dije. Nada, o me lo quitaba o a casa. Me lo acabé quitando, al fin y al cabo ya sabía y había aceptado las normas antes de acudir, pero me hizo pensar en lo ilógico que era en realidad. Y lo que más me chocó cuando me puse a pensar en ello es que la gran mayoría de la gente, aunque comparta mi opinión, lo ve como algo normal.
El ejemplo que os acabo de dar es algo prácticamente insignificante, pero este problema se extiende hasta entornos mucho más significativos, a puestos importantes en grandes empresas a los que ese hombre con la dilatación en la oreja y el tatuaje que le sobresale por el cuello ha intentado acceder en incontables ocasiones, siempre siendo rechazado por superficialidades que suelen resumirse en "dar mala imagen". Es curioso como los tatuajes, piercings y peinados estrafalarios parecen dotar automáticamente a la persona que los lleva de vulgaridad, mala educación y peligro a los ojos de (tristemente) la gran mayoría de la gente, especialmente cuando se trata del mundo laboral. Estereotipos que obligan a muchos trabajadores a cubrirse la piel tatuada con mangas largas y pañuelos y a abstenerse de hacerse ese tatuaje que tanto tiempo llevan queriendo por que se juegan el puesto. Aquí os dejo un artículo muy interesante que cuenta una historia parecida sobre un ejecutivo de NY.
¿Soy yo la única que piensa que dentro de unas cuantas generaciones (espero que no muchas) este tema será tratado como el racismo de hoy en día? Como cuando ancianos hacen algún comentario racista y sus nietos, con una sonrisa burlona les responden "abuelo, ya no se puede decir eso"; ¿habrá un día en el que un anciano diga "mira que pintas" cuando vea a un hombre tatuado pasar y su nieto le responda boquiabierto "abuelo, ¡pero qué cosas dices!"? Al igual que el ya nombrado racismo, la homofobia, la desigualdad de sexos, etc., injusticias que en su momento ni siquiera eran cuestionadas pero que a lo largo de los años empezaron a abrirse camino en nuestra sociedad hasta que se tomaron cartas en el asunto, a pesar de que siempre queden cabos sueltos a los que se aferran aquellas personas no dispuestas a evolucionar. Sólo espero que ese día no tarde en llegar, el día en el que un hombre con los brazos cubiertos por tatuajes pueda llevar manga corta al trabajo sin preocuparse por ser despedido, el día en el que una mujer pueda teñirse el pelo de rosa y seguir manteniendo su prestigioso puesto. En definitiva, un día en el que se nos juzgue por nuestras cualidades como humanos y no por la forma en la que decidimos decorar nuestro cuerpo.